domingo, 17 de octubre de 2010

Graduación de 6º grado


A mi amiga Gemma Márquez, cerca del río


Ahí está mi buen amigo Ubo en su graduación de 6º grado. Se le ve feliz recibiendo su diploma de manos del maestro Canito, su maestro de matemáticas. En aquellos años era un diablillo, me dice con una sonrisa, brotándole pícara.
"¿Sabes?, cerca de casa pasaba un río y los fines de semana nos juntábamos unos cuantos para tejer y destejer montañas de travesuras en el río, ahí mismito al lado del puente, a un tiro de piedra de la casa del maestro Danilo, el de Historia, el que ves detrás. Mamá decía que cualquier día se levantaba con el moño torcido y me mandaba con papá. Yo quería que me mandara con papá porque con papá sería más libre de hacer lo que me diera la gana. Y así podía estar todo el tiempo con mis primos... En la playa de El Tiburón, por allá por Caval, y de cuando en cuando tratando de llegar a El Cayito a nado, el miedo era que por el camino nos sorprendiera un tiburón y no llegáramos y no lo contáramos de vuelta"
"¿Y el otro?"
"Ah, el otro es el maestro Abel, el de Física, si mal no recuerdo"
"¿Los viste cuando fuiste?"
"A Canito si, a los otros no porque se habían mudado y ahora viven en la provincia"
Mi amigo Ubo quiere volver pero no está seguro que de irse no le puedan complicar allí la vida. Los militares. Que lo militares tienen allí demasiado poder, dice. Lleva mucho tiempo fuera y ahora es el extranjero, el enemigo que se ha contaminado de las ideas y las materialidades del capitalismo, para mi amigo excesivas materialidades.
"¿Ves a la gente? No toda le gente claro, pero una gran mayoría. Algo dicen en sus expresiones y en su modo de mirar que están tristes. Y al mismo tiempo te dicen que no saben qué hacer, se les oye el grito pero ellos no pueden escucharse a si mismo porque los muchos ruidos de fuera y de dentro no les dejan escucharse, pero se sienten perdidos y lo saben aunque no sepan bien bien de dónde les viene esa pérdida. Yo creo que les falta tener un río cerca, eso ayuda"
"¿Te volverías?"
"Creo que sí"
"¿Para siempre?"
"Creo que sí"
"...
"Un río cerca es importante. Las ideas fluyen de otro modo, no se vuelven pantanos, no se convierten esos pantanos en tus enemigos. Un río ayuda a sosegarte, parece que no pero sí"
"¿Estás decepcionado de lo que te encontraste en Europa?"
"No, esa no es la palabra, por lo menos no para mi. Creo que me siento traicionado, y tampoco sé bien si es esa la palabra. Tengo ganas de volver y quedarme un tiempo largo por allá"
Mi amigo Ubo vino hace muchos años. Y le gustan los libros, sobretodo la novela del XlX, aquellas historias que competían con la realidad y la superaban y volvían esa realidad menos miserable, son sus palabras. Le dije que no se impacientara, que al final, todos los ríos llegan, de un color o de otro, de una corriente o de otra, pero un día llegan. Y se sonríe, como en la foto, como diciéndome,
"Bueno, me sentaré a esperar"




Ubaldo R. Olivero






1 comentario:

Gemma dijo...

¡Muchas gracias, Ubaldo!