jueves, 18 de noviembre de 2010

Zelda y Fitzgerald

Helos ahí tan románticos y tan perdidos, porque a veces para salvarse hay que perderse aunque nos pese mal y sepamos o intuyamos en las riberas que allá, al fondo de no se sabe qué, la ilusión de saber que defendimos un sueño está ahí y se mantiene. Y si el mismo sueño no cumple con su parte y nos convierte en sus eternos deudores, eso importa poco si detrás quedó la estela de lo que nuestro corazón esculpió (o intentó) más allá o más acá de la sombra de la época que nos tocó vivir.
Buen retrato de Kyra Stromberg (crítica, ensayista, traductora), conocedora muy avisada de la literatura en lengua inglesa. Buen retrato el de estos dos grandes artistas, estos dos grandes malabaristas de las palabras y el alchool y de la vida con sus miserias y sus riquezas del omnipresente sueño americano.
Amigos como el muy competente crítico Edmund Wilson, Ernest Hemingway, John Dos Passos, estuvieron ahí y lo vivieron. Fitzgerald se fue pronto, a los 44, y ella, Zelda, poco después, y de aquellos terremotos vitales, nos dejaron obras para más de dos vidas y mucho más diez. ¿Lo que nos queda? Seguir en sus libros y continuar aprendiendo de ellos. Lo demás es paisaje.



Ubaldo R. Olivero

2 comentarios:

Leo Coyote dijo...

Las fotos del libro están muy bien y hablando de su obra "El gran Gatsby" no puede estar más de moda.

Annalisa Marí dijo...

se te echa de menos, ubaldo, ¡vuelve con tus colores y tus sabias palabras! besos