jueves, 3 de marzo de 2011

Diálogos

Están ahí, frente a un estante del FNC, y ella le dice agarrando un libro que se llama Paradero desconocido,
"Mira, este libro mola cantidad"
"¿Si? ¿Es policíaco?"
Ella,
"No, va de los nazis. Mira te lo puedes leer en quince minutos, se lee rápido. Te molará"
"¿Pero es muy corto no?"
"Ya pero es bueno y sencillito. Yo me lo leí de un tirón"
"Bueno me lo compraré. Si tú me lo recomiendas..."
Ese diálogo estúpido me sorprendió. Me pregunté si esos dos mequetrefes sabrían leer y qué entendían por leer. Me asusté. Estamos en manos de alimañas así. No me extraña que funcionen tanto los libros de autoayuda y según que programas en la televisión. Carne de cañón esos pobres.
Lo jodido de todo es que lo tienen demasiado fácil. Si les quitáramos la red que tienen debajo habría que ver si se arriesgan a ser funambulistas en esta jungla. No sabía que un libro fuera corto o largo dependiendo del número de sus páginas. Primera noticia. Que lástimas de que por todos lados esto esté lleno y rodeado por energúmenos de ese calibre que, los pobres, en el fondo no tienen la culpa de serlo ni de haber llegado hasta esa poco seductora orilla del río del vivir. Me siento solo y triste. ¿Qué podemos hacer? No se me ocurre nada. Mañana Dios dirá pero mientras tanto la lepra se extiende y va mutilando poco a poco muchas partes del cuerpo mental, de las neuronas que reclaman salud, de la poesía que todos, de una forma u otra, llevamos dentro.
Ubaldo R. Olivero

2 comentarios:

RoastBiff dijo...

A mí me gustan los libros cortos. Además, he dejado de fumar gracias a un libro de autoayuda. Los libracos gordos son muy aburridos.

maricarmenvp dijo...

Personalmente, donde haya una lectura consistente, enrevesada y con una buena historia de fondo, importa poco si el libro es corto o largo, aunque para ser sincera, un buen libraco, de los que no termino en días, sin rimbombante argumento ni descripciones bollantes es lo que se ajusta a mi perfil de lectora. Y no porque me guste el riesgo lectivo, sino porque valoro las horas de sacrificio y documentación de un/a escritor/a entusiasmado con su obra. Eso no tiene precio. En cuanto a los libros de ''autoayuda'' no son válidos si solamente se utilizan para engañar al anestesiado lector. Error primero, intentar convencer al pueblo de que construya imperios o adelgace en tiempos récord. No olvidemos que el poder de la sugestión es vulnerable de causar dependencia emocional, la suficiente para que una persona se crea mierda por no leer estos libritos de estantería de librería, que luego acaban decorando las de los incautos que desperdiciaron tontamente un dinero que pudo haber sido invertido en una buena obra, en delírio del despertar de su persona. y ahí concluyo.

Por cierto Ubaldo, me alegro muchísimo de haberte conocido en persona.

Tu amiga María del Carmen Vallet Pérez