martes, 8 de marzo de 2011

La historia del constructor de puentes

Scott Waring ha perdido a su mujer. ¿Podrá Scott Waring recuperarse un día, de una vez y para siempre, de esa pérdida? La amaba, y como esos amores que aunque nos abandonen nunca nos abandonan, Scott Waring intentará atrevesar ese desierto del dolor al que lo han obligado la gente de la Gestapo, los de la SS al comienzo de la Primera Guerra Mundial, e intentará empezar de nuevo, intentará borrar el horrible pasado (pero nunca olvidarlo, eso nunca) al que los de la SS nazis lo han encadenado. Y lo conseguirá. Pero para conseguirlo ha de viajar mucho con él mismo, y más allá de sus intenciones por cerrar la herida. Scott Waring al final se convence de que los que nos hace verdaderamente fuertes y nos salva es empezar de nuevo, una vez más, porque mañana, como dice un amigo mío de una isla del Caribe, el sol sale mañana y nos alumbrará, y cuando llegue la noche de mañana, al día siguiente el sol volverá a salir. Y ahí estará esperándolo a Scott Waring, Janet. Y Janet querrá también olvidar lo que le sucedió a los 11 años en el campo de concentración de Dachau. Juntos comenzarán otro camino de liberación, otro camino de salvación, otro nuevo nacimiento. Hermosa y triste y grande historia de Howard Fast, el escritor norteamericano muerto en 2004, pero vino y se quédó para siempre con nosotros porque nos dejó sus obras. Obra importante La historia del constructor de puentes. Léanla. Entren en ella. Y cuando salgan de ella ¿creen que serán los mismos? No lo creo. Con las buenas obras sucede lo que con las aguas de un río, que pasan y ya son otras y nosotros otros y el río otro.
Ubaldo R. Olivero

2 comentarios:

Fabio dijo...

Este libro lo leere

Fabio dijo...

Este libro lo leere!