Hay libros mudos, y libros que hablan, y libros que saben callar a tiempo para que la historia continúe dentro de nosotros un viaje menos efímero, menos impaciente por acabar. La hoja roja, de Miguel Delibes, es un libro así, un libro que no termina nunca porque el ejercicio del nunca no comulga con la religión de la historia que se predica en la novela. Eloy y la Desi están más allá de la soledad que irradian sus vidas, y cada movimento de sus almas viene a ser como la ola que rompe en los acantilados, viene la ola, rompe con fuerza y vuelve a sus orígenes para regresar una y otra vez, así las soledades y así el amor que los une, los tienta, los envejece y los renueva una y otra vez como la ola de antes, como el primer grito del mundo cuando en las cavernas un alma necesitó del calor de otra para no impedir que le creciera un inmenso desierto dentro, para impedir una muerte poco compasiva y todavía por nacer.
Ubaldo R. Olivero
1 comentario:
Buenísima reseña, Ubo.
Así mismo es.
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