Sería un buen corte de sabiduría que uno no se dejara tentar por el exceso de frivolidades que amenazan continuamente la deseable armonía del espíritu, de los sentimientos; pero desgraciadamente estas se cuelan, te sangrían, te ponen zancadillas difíciles de notar a primera vista. Y como uno no es uno si no más de ese uno, a veces cae, otra veces no. Estoy cansado. Siento que hoy por hoy he perdido más de lo que he ganado por estos mundos. Hace poco lo hablaba con cierto amigo y me decía que tenía que ser un poco más paciente. Puede ser que tenga razón pero eso no atenúa ese cansancio que antes decía. ¿O he ganado más y no he sido capaz, no he sabido darme cuenta? Las extrañezas que a uno le ocurren cuando siente un vacío enorme y no sabe como esquivarlo, no sabe como devolverlo a su naufragio, a las costas de su territorio. Otro pan para otro circo, recordando un poco a Juvenal en una de sus sátiras. U. R. Olivero